jueves, 15 de marzo de 2012

BOSCH Y LA CAMPAÑA SUCIA


BOSCH  REAFIRMA  POSTURA

(El Caribe, Santo Domingo, 11 de diciembre de 1962, p.1)

A continuación reproducimos un discurso del profesor Juan Bosch, pronunciado en 1962, semanas antes de la celebración de las   primeras elecciones  democráticas y libres  después de la muerte de Trujillo.

Por  entender que  las palabras pronunciadas  por el profesor  Bosch en el referido discurso, en medio de la campaña electoral  de 1962, hace hoy precisamente  50 años, 7 meses y tres días, tienen una  vigencia tal que parecerían  pronunciadas  ayer 13 de marzo del 2012.

Sucede que en la actual campaña electoral por la presidencia de la república se están repitiendo fenómenos, como es el caso de la campaña sucia contra el profesor Juan Bosch en 1962 por los Cívicos,  hechos que suponíamos superado en el país y que el debate de las ideas y propuestas debe ser lo que esté en primer plano.  Pero sucede  que aquí hay políticos que no lo entienden  así. 

El profesor Juan Bosch, llego a expresar en varias oportunidades, que hay quienes van  a la política no a servirle al pueblo, sino  a servirse de ella y con tal de lograr sus objetivos  son capaces de hacer cualquier cosa. Personas que son capaces de provocar incidentes con el malévolo propósito de achacarles luego la culpa del incidente a los hombres y mujeres del partido contrario.

Todo el pueblo está dándose cuenta de que nos encontramos en un momento peligroso para la tranquilidad general; que las pasiones han sido llevadas a un punto en que cualquiera locura de cualquiera persona irresponsable podría ser el origen de grandes daños. Y como todos sabemos, hay personas irresponsables en partidos irresponsables;  Las ultimas infamias de que ha sido víctima la primera dama  de la República, Doña Margarita Cedeño de Fernández, es el caso más elocuente  de campaña sucia.

Para  entonces el profesor Juan Bosch decía, y es la posición expresada por la mayoría de los dirigentes del PLD, “Nosotros no queremos incidentes; no queremos violencia; no queremos ser culpables de ningún acto que divida a los dominicanos. Nosotros actuamos usando los medios políticos a nuestro alcance; y por eso el Partido ha dispuesto siempre que ha habido una crisis que se tome una medida política, nunca una violencia. Creemos en el pueblo, en la fuerza de la opinión pública; no en las piedras ni en los tiros ni en los puñales”.

Pues ahí le va el discurso del profesor Juan Bosch, publicado en el periódico el Caribe, el 16 de diciembre  de 1962, p.1

Estamos cayendo en un lodazal; y si los líderes políticos no le ponen un alto a la carrera de insultos y de infamias y de mentiras en que está hundiéndose el país, (…). Que no se haga nadie ilusiones; la democracia no puede establecerse sobre bases tan sucias y tan débiles como las que estamos echando aquí. La democracia es una manera de vivir, no sólo un sistema de Gobierno, y el fundamento moral de la democracia es el respeto mutuo; el respeto entre los hombres, entre los partidos, entre los grupos sociales.

Hay cosas que nadie debe hacer por ninguna razón. Por ejemplo, un partido político está usando a dos cubanos en hacer una campaña de anónimos mimeografiados en los cuales se recurre hasta al nombre de la esposa de uno de los candidatos a la presidencia, acusándola de ser agente de Fidel Castro; (…).

Nosotros conocemos ese caso muy bien, mucho mejor que los dos cubanos autores de la hoja anónima y mucho mejor que el partido político que les paga ese trabajo, porque esa señora es nuestra esposa (…).

Además de esa labor de hojas anónimas, los dos cubanos de que hablamos han grabado una cinta sonora para pasarla de noche en onda corta haciendo creer que viene de una estación cubana, y en esa cinta se le pide al pueblo dominicano que vote por nosotros, con lo cual se pretende hacer creer a este pueblo que nosotros somos aliados de Fidel Castro.

No es moral rebajarse a tanto para llegar a la Presidencia de la República. Los que hacen eso para llegar a la Presidencia, harán cosas muy feas si llegan al poder. Si nosotros tuviéramos que lanzar anónimos a la calle, si tuviéramos que inventar mentiras y calumnias, si tuviéramos que usar una cinta sonora falsa para engañar al pueblo, no estaríamos luchando, porque no aceptaríamos la Presidencia de la República a ese precio. La Presidencia no es un botín de guerra que se debe conquistar a sangre y fuego.

La Presidencia es una carga muy pesada, y quien reciba esa carga no puede estar manchado por la maldad ni el odio ni la injuria ni la mentira ni la calumnia. El que gane las elecciones tiene que hacerse perdonar la victoria, porque todo ganador deja detrás gente enconada, y no puede hacérsela perdonar si no usó métodos limpios en la lucha.

 Una Presidencia ganada con trampas y sin escrúpulos (…),  pues quien hace cualquier cosa,  por incorrecta que sea, para ser Presidente, hará después cosas peores para mantenerse en el poder.

Nosotros tenemos muchos años, por lo menos veinticinco años dedicados a luchar por la democracia no sólo en la República Dominicana, sino en varios países de América. Ya somos demasiado viejos para cambiar. Durante años y años, tuvimos que recibir ataques muy crueles de Trujillo (…).

Nuestra obra combatiendo a Trujillo está ahí: jamás le lanzamos un insulto al tirano. Nuestra obra democrática nos llevó hasta a dirigir el Instituto de Educación Política de San José de Costa Rica, que es una especie de universidad política, la única que hay en toda América, dedicada a enseñar científicamente cómo es y cómo debe ser la democracia. Nuestra lucha democrática nos hizo amigos, y no como quiera sino verdaderos amigos, de hombres como Rómulo Betancourt y José Figueres, Víctor Raúl Haya de la Torre y Luis Muñoz Marín, y a todos esos hombres los acusaba Trujillo todos los días (…).  “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

(…) en Cuba, la falta de escrúpulos de los dirigentes políticos y de muchos periodistas y comentaristas de la radio y de la televisión; la aniquilación de todos los valores del país, que eran desacreditados día por día por los partidos y por una parte de la prensa y de la radio y de la televisión, produjeron la crisis de la que salió Fidel Castro convertido en el amo de ese país, (…).   

Los dominicanos no se imaginan siquiera lo que es una democracia; no se dan cuenta, no pueden darse cuenta, de que en una democracia se respeta a todo el mundo; que a nadie se le obliga ni se le puede obligar a hacer lo que no quiera hacer ni a pensar como no quiera pensar; que la verdadera democracia es el único sistema político que garantiza de verdad la libertad del hombre: libertad para vivir sin miserias, libertad para educarse, libertad para pensar como le parezca mejor, libertad para ejercer la religión que le guste.  Hay gente que le tiene tanto miedo a la democracia que quiere matarla antes de que nazca, como la están matando los que han rebajado la lucha política actual hasta colocarla, como está hoy, en un lodazal de insultos, infamias y mentiras.

(…) la democracia que va a nacer el día 20 de diciembre en la República Dominicana va a ser una democracia verdadera, una democracia que no tolerará privilegios, abusos, explotación; y hay gente que no puede vivir si le quitan los privilegios, el derecho de abusar y la costumbre de explotar al pueblo.

(…) Pues bien, el documento falso que anunciábamos salió ayer a la calle; fue tirado en la Capital, y suponemos que en varios lugares del país, desde automóviles; y en ese documento se pide a los dominicanos que voten por nosotros para acabar con el imperialismo, con el ejército, con la Iglesia y con otras cosas. Y tal como lo habíamos anunciado, hemos puesto el asunto en manos de la justicia y esperamos que la justicia actúe con la rapidez necesaria para que desenmascare a la gente que está usando métodos tan sucios en la lucha política, a la gente que está tratando de confundir ya no sólo al pueblo, sino además a la Iglesia, a las fuerzas armadas y a otros sectores importantes de la vida dominicana.

Nuestra lucha ha sido y es muy dura. Hemos tenido que luchar contra todo  (…) ; hemos estado luchando contra los que confunden al pueblo para poder engañarlo a su antojo; luchando para que se mantengan serenos, para que no pierdan la cabeza, para que se den cuenta de que el arma de la democracia son las ideas, no las piedras, para que aprendan esta lección; que la democracia entra por el cerebro y por el corazón, y solamente por el cerebro y el corazón, con ideas y sentimientos; con ideas que aclaren los pensamientos y con amor para los hermanos. Porque todos los dominicanos somos hermanos y el país es como la casa donde viven todos los hermanos; porque todos los dominicanos somos una familia, una sola familia, y una familia no puede dividirse, no puede ser dividida por el odio.

Tal vez la democracia no sea perfecta debido a que no hay nada perfecto sobre la tierra del Señor. Pero es el sistema de gobierno y de vida menos malo a causa, precisamente, de que no se funda en el odio. Cuando se es demócrata, cuando se siente en verdad la democracia, no se puede recurrir al odio, y por la misma razón no se puede recurrir a métodos sucios en la lucha política. Porque la lucha política debe tener una finalidad superior, debe procurar un fin patriótico; no se debe luchar por conquistar el poder, por llegar al Gobierno, sino por implantar la democracia, que es lo verdaderamente importante. Y si desacreditamos la democracia usando métodos sucios, tirando a la calle documentos falsos, engañando, diciendo mentiras, la gente acabará creyendo que la democracia es eso: es fabricación de documentos falsos, es engaño, es mentira; y la gente perderá la fe en la democracia.

Nosotros afirmamos categóricamente que el documento de que hablamos es falso; ha sido hecho para engañar al pueblo, (…).

 Y nosotros queremos llamar la atención del pueblo hacia lo siguiente: cuando otros pensaban que iban a ganar las elecciones, no decía que nosotros éramos comunistas, sino que éramos trujillistas, ramfistas, que íbamos a traer a los Trujillo. Pero cuando se vio, en las últimas semanas, que él  (…)  subía como la espuma, y que de cada diez personas con quien uno hablaba, ocho decían que iban a votar por el PRD, se pasó a usar el sistema de decir que nosotros somos comunistas, y como el pueblo no podía creer eso, se falsificó una cinta grabada para radiarla desde la Capital haciendo creer que se radiaba desde La Habana, y cuando se supo que nosotros conocíamos el truco y lo denunciamos, se hizo el documento falso de que hablamos. Ahora, cuando la justicia encuentre a los autores de la falsificación, el pueblo verá (…).

Nosotros sabemos que el pueblo repudia los métodos que están usando nuestros adversarios, (…) esos métodos nos duelen porque perjudican al país, perjudican a la democracia. Con  este asunto nos pasa lo mismo que le pasa a cualquier hijo que quiera a su padre, que aunque sepa que al morir el padre el hijo va a heredar, no quiere que el padre se le muera y daría la mitad de la vida por evitar la muerte del padre y hasta daría toda su herencia y mucho más que pudiera dar para que su padre siguiera viviendo.

Para nosotros,  lo más importante no es la herencia, no es el Gobierno; lo más importante es la democracia; que la democracia no se perjudique, que se mantenga y se haga fuerte. Porque en este país vivimos y en él vamos a morir y aquí vivirán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, y sabemos por experiencia, porque lo hemos visto en otros países de América, que si no logramos establecer y fortalecer y mantener la democracia, no va a haber en nuestra tierra vida posible, ni paz ni progreso ni nada, en muchos años, en largo tiempo. Con la democracia es posible llegar muy lejos, hacer justicia social, enriquecer a todos los dominicanos; sin la democracia, el porvenir es negro para todos nosotros.

El tiempo va pasando y se acerca el día 20, el día de las elecciones. Si el pueblo no tiene entusiasmo democrático, fe en la democracia, no irá a votar; no echará su voto en las urnas en la cantidad necesaria para que las elecciones sean verdaderamente un triunfo de la democracia. Y mientras se acerca el día 20, nosotros, que tenemos mucho que hablar sobre el Programa de Gobierno (…), nos vemos obligados a perder nuestro tiempo aclarando la confusión que otros crean en la mente del pueblo. ¿Quién se perjudica con eso? El pueblo que necesita saber cada vez más de la democracia, de las ideas de los partidos, de lo que hay que hacer en nuestro país para beneficio de todos.

Así, pues, cuando nos obligan a dedicar dos días o tres días en aclaraciones, lo que están haciendo es perjudicando al pueblo, no a nosotros; A esta hora, cada quien debería estar trabajando en provecho de su partido, no en contra de otros partidos. 

Nosotros hemos dado el ejemplo de que con ese método se progresa. Si no han querido seguimos, allá ellos. De todas maneras, esta es la última vez que hacemos aclaraciones. De aquí en adelante, pase lo que pase, ocuparemos el poco tiempo que tenemos en decirle al pueblo nuestra verdad, nuestra idea. Si los otros tienen ideas y verdades, que las digan también. Porque resulta que cuando no se tienen ideas buenas se usan palabras malas, y nosotros preferiríamos que los otros usaran con el pueblo ideas buenas y no palabras malas, amor y no látigo, programas y no mentiras.

  PROFESOR  JUAN BOSCH.

 (El Caribe, Santo Domingo, 11 de diciembre de 1962, p.1) 

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