POLITICA
sábado, 2 de marzo de 2013
sisagro: Miente, miente que algo quedará…
sisagro: Miente, miente que algo quedará…: Esta fue la frase con la que el ministro de Gobierno de la Alemania nazi Joseph Goebbels elaboró su estrategia propagandística. El...
miércoles, 8 de agosto de 2012
JUAN BOSCH: LA FUNCIÓN DEL LÍDER
¿Qué es un líder
político y qué función tiene en su partido y en su país?
Pintura al oleo de
Juan Bosch posando frente a otra pintura
de Duarte, de Miguel Nuñez, el pintor de la patria
Si nos limitamos a estudiar el problema del
liderazgo en la República Dominicana, después de la muerte de Trujillo y dentro
del campo de los partidos que el pueblo reconoció, aunque fuera por un tiempo
breve, como opuestos al sistema que implantó Trujillo, debemos preguntarnos y
respondernos porqué desde principios de julio de 1961 hasta ahora se formaron y
desaparecieron en nuestro país tantos partidos y grupos, y por qué con ellos
surgieron tantos aspirantes a líderes que no tardaron en volver a la oscuridad
política en que habían vivido o se retiraron a posiciones modestas en la vida
pública.
El que busque la
respuesta a esas preguntas fuera de las ciencias políticas se dedicará a
enumerar una por una todas las que considere que fueron debilidades de carácter
o fallas de la inteligencia de esos aspirantes a líderes que actuaron en
nuestro país a partir de julio del 1961. ¿Y qué haría con eso?¿Lograría hallar
una explicación para el fracaso de esos aspirantes a líderes? No la hallaría,
porque la explicación del fracaso (o de los fracasos) tiene que ser elaborada
analizando, en primer lugar, no a los aspirantes a líderes sino a la
sociedad dominicana, tal como ésta ha
venido siendo desde el mes de julio de 1961, y al decir que “ha venido siendo”
se deja dicho que desde entonces acá en ella se han operado cambios de esos que
se ven (es decir, en cantidad o cuantitativos) y de los que no se ven (es
decir, en calidad o cualitativos).
Tal como lo dijo
hace muchísimos años Jorge Plejánov (El papel del individuo en la Historia,
Editorial Grijalbo, S. A.,México, D. F. 1960, p.61). “Sabemos ahora que los individuos
ejercen frecuentemente una gran influencia en el destino de la sociedad, pero
(sabemos también) que esa influencia está determinada por la estructura interna
de aquella (sociedad) y por su relación (la de esa sociedad) con otras
sociedades”.Y como eso que dijo Plejánov es una verdad científica, o mejor
dicho, una verdad científica en parte, debemos saber si algunos de los que han
tenido influencia en nuestro país, después de la muerte de Trujillo, ejerciendo
funciones de líderes, han actuado correctamente; y para saber eso debemos saber
antes cómo ha sido la sociedad dominicana de entonces para acá, cuál ha sido su
estructura interna en cada momento y cuál ha sido su relación con otras
sociedades.
El conocimiento de
la sociedad tiene que ser previo al de sus líderes debido a que estos sólo
pueden desarrollarse a cabalidad cuando hayan actuado en consonancia con la
realidad dominicana. Al darse esa consonancia, la voz popular dice que el líder
o los líderes que la lograron “son los que mejor expresan las aspiraciones del
pueblo”; y con esas palabras se destaca el hecho de que nadie puede superar al
pueblo en el conocimiento profundo de la realidad nacional porque él vive esa
realidad día a día de manera práctica, o bien cosechando los beneficios que le
puede proporcionar esa realidad o bien padeciendo los males que ella le
produce, según sea la posición que ocupa cada quien en la sociedad.Puesto que
hemos caído en mencionar la posición que ocupa cada quien en la sociedad, hemos
entrado en el problema de las clases que forman la sociedad dominicana, y
necesariamente tenemos que caer también en el problema de la ideología de esas
clases. Precisamente, por no haberse
referido a las clases en la frase suya que aparece en este artículo, se explicó
hace un momento que Plejánov dijo una verdad científica, pero sólo en parte.
Para decir toda la
verdad científica en el caso del papel que juegan en la historia algunos
hombres, Plejánov debió aclarar que él se refería a los hombres que actúan en
favor del proceso revolucionario, porque sucede que hay momentos históricos en
que un pueblo tiene a la vez líderes revolucionarios y líderes
contrarrevolucionarios; unos al servicio de las clases y las capas que reclaman
una revolución y otros al servicio de las clases y las capas y los países
colonialistas (o uno de estos) que imponen la contrarrevolución a cañonazos.
Tal es el caso de la China, que ha tenido a un tiempo y durante largos años a
Mao Tse Tung y a Chiang Kai-shek, cada uno de ellos líder de una parte del pueblo
chino; Mao Tse Tung, líder de las masas revolucionarias, y Chiang Kai-shek,
líder de las clases opresoras. Esos dos hombres han ejercido “una gran
influencia en el destino” de dos porciones diferentes de la sociedad china;
pero por razones de clase uno —Mao Tse
Tung— la ha ejercido en provecho del pueblo y el otro —Chiang Kai-Shek— la ha
ejercido en provecho de una minoría privilegiada y del gran capital
norteamericano.
Un aspirante a
líder, y aun un líder de una clase determinada o de una alianza de clases,
puede tener excelentes condiciones de carácter y de inteligencia, y sin embargo
puede fracasar, en el sentido de que puede hacerle mucho daño a su pueblo si no
comprende cuál es en tal o cual momento lo que Plejánov llama “la estructura
interna” de la sociedad en que actúa. Ese líder puede estar actuando con la
idea de que se halla al servicio del pueblo, y es posible que lo que esté
haciendo sea perjudicial para el pueblo. Esto sucede de vez en cuando, y ha
sucedido en la República Dominicana precisamente en el período a que se contrae
este artículo. Ahora bien, puede afirmarse que cuando se dan esos casos de
confusión, detrás de ellos hay razones de clases; a veces razones de clases muy
ocultas, pero al fin y al cabo, razones de clases.Por ejemplo, en la sociedad
dominicana de mediados del año 1961 los líderes marxistas se dejaron convencer
de que el problema que afectaba fundamentalmente al pueblo era de carácter
político, cuando lo cierto era que para las grandes masas el problema
fundamental era de tipo social. A lo que aspiraban esas grandes masas era a
tener libertades sociales, no a tener libertades políticas. Para esas masas, la
actividad política sólo tenía razón de ser si conducía a la conquista de un
nivel social y económico más alto.
Los que deseaban y
necesitaban libertades políticas eran aquellos que por privilegios clasistas
tenían aseguradas de antemano las libertades sociales. Los líderes de la
derecha que se formaron, o empezaron a formarse, a raíz de la muerte de
Trujillo, no podían, naturalmente, luchar para que el pueblo conquistara
libertades sociales, porque en la medida en que el pueblo conquistara ese tipo
de libertades el sector privilegiado a que ellos pertenecían iría perdiendo
privilegios, y no se conoce el caso de ningún sector social privilegiado que
luche para quedarse sin esos privilegios. Lo que necesitaba ese sector eran
libertades políticas para conquistar el poder a fin de confirmar y ampliar
desde el poder esos privilegios; y naturalmente, era lógico que ese sector
actuara así. ¿Pero era lógico que los líderes marxistas hicieran lo mismo? De
ninguna manera. Si en el año 1961 había en la República Dominicana líderes
obligados a llevar la lucha política al terreno social, y a mantenerla en ese
terreno costara lo que costara (contra viento y marea, según dice el pueblo),
esos eran los de los grupos marxistas.
Hablar de lo que
hubiera podido suceder en un país si se hubieran dado tales y cuales
circunstancias es una tontería, porque la historia se hace con hechos, no con
suposiciones; pero podemos asegurar que en la República Dominicana estaría
cantando otro gallo si los líderes marxistas hubieran levantado en el año 1961
la bandera de la lucha social en vez de levantar la de la lucha política; si en
vez de acusar a los guardias de haber sido trujillistas les hubieran demostrado
que el trujillismo los explotó en provecho del mismo grupo social al cual
pertenecían los que estaban predicando un antitrujillismo de arranca pescuezos.
Por razones
clasistas, el pueblo dominicano, mayoritariamente pequeño burgués, y sobre todo
pequeño burgués de las capas más bajas de la pequeña burguesía, tenía al morir
Trujillo una posición ideológica que lo inclinaba a la lucha social, y
siguiendo esa fuerza social que él generaba por razones de clase, podía ser
conducido a la lucha política, pero por una vía política que le garantizara las
conquistas sociales que él buscaba; y era dudoso que nadie pudiera llevarlo a
una lucha meramente política contra los llamados restos del trujillismo.
Los que pretendían
que el pueblo fuera entonces a esa lucha política desconocían lo que Plejánov
llama “la estructura interna” de una sociedad, en este caso, la de la sociedad
dominicana de los años inmediatos a la muerte deTrujillo. Una parte de ellos la
desconocían porque entre ellos, que se hallaban en el punto más alto de la
sociedad, y la gran masa bajo pequeño-burguesa había una distancia social que
los separaba de una manera casi absoluta; y los líderes marxistas la
desconocían porque siendo ellos como eran, en su mayoría, miembros de las capas
más altas de la pequeña burguesía (la mediana y la alta), respondían cabalmente
a las siguientes palabras de Marx, que aparecen en El 18 Brumario de Luis
Bonaparte: “No hay que compartir la limitada concepción de que la pequeña
burguesía tiene por principio querer hacer triunfar un interés egoísta de
clase. Ella cree, por el contrario, que las condiciones particulares de su
liberación son las condicionesgenerales fuera de las cuales la sociedad moderna
no puede salvarse...”.
Los líderes
marxistas dominicanos de origen pequeño burgués mediano y alto, que habían
sufrido en carne propia el maltrato de la dictadura trujillista, creían que
“las condiciones particulares de su liberación” requerían la aniquilación total
de los restos del trujillismo, y creían que ésas eran también“las condiciones
generales fuera de las cuales la sociedad” dominicana no podía salvarse; y he
aquí que por razones de clase absolutamente propias de su condición
pequeño-burguesa, coincidían del pe al pa con los líderes de la derecha, que
actuaban igualmente por razones de clase, pero de clase en su condición de
miembros del sector más alto de los grupos explotadores del pueblo; coincidían
con estos y junto con ellos predicaban un antitrujillismo de arranca
pescuezos.Pero no se crea que eso que les sucedía a los líderes marxistas no
les sucedía también a muchos del PRD que pertenecían a la mediana y la alta
pequeña burguesía. Tampoco esos líderes perredeístas llegaban a conocer “la
estructura interna” de la sociedad dominicana; la ignoraban exactamente por las
mismas razones que la ignoraban los otros. Y sucedía que como ignoraban “la
estructura interna” de nuestra sociedad, creían que la dirección del Partido no
estaba expresando la voluntad del pueblo. Para ellos, el pueblo sentía como
ellos, pues “las condiciones particulares de su liberación” eran naturalmente
las “condiciones generales” de la liberación de todos los dominicanos. ¿Y qué
hacían los líderes perredeístas que pensaban así? Lo que hacían era luchar
dentro del Partido, y especialmente en el seno de la dirección del partido,
para que éste adoptara la misma línea política que tenían los cívicos, los
catorcistas y los marxistas...Entre los estudiosos de las ciencias sociales y
políticas que tenemos en la República Dominicana hay algunos, y por ciertos
autores de libros, que tienen ideas muy peregrinas acerca de lo que es un
líder; de cómo se comporta un líder político dentro de su organización. Para
esos señores, un líder es un energúmeno que se les impone mediante el terror a
todos los miembros del partido en que ese líder figura. Para esas mentes
simples, el líder da a luz una idea política en un momento de inspiraciones más
o menos celestial (o diabólicas) y manda y ordena que todo el mundo lo siga; y
esto es verdad, sobre todo, según piensan esos señores, en un partido como el
PRD.
¿Es correcta esa
manera de ver al líder?
No; no es correcta,
y menos aún lo es en el caso del PRD, partido poli clasista, como todo partido
de liberación nacional; pues allí donde hay representaciones políticas de
varias clases sociales (y eso es lo que quiere decir la palabrapoli clasista),
tiene que haber, y las hay, ideas diferentes; una idea, a lo menos por cada una
de las clases representadas en el Partido. Por tanto, en un partido poli
clasista no puede haber la dictadura de una clase sobre las demás; a lo sumo
puede haber la dirección de una clase sobre las restantes, la de la clase que
dirija la lucha de la liberación nacional; y dirección no significa en ningún
caso imposición y mucho menos dictadura de una clase. En cierto sentido, un
partido poli clasista de liberación nacional es, dentro de los límites de la
organización, un ejemplo de dictadura con respaldo popular, puesto que en él
todas las clases que lo forman (o para decirlo con más propiedad, todas las
representaciones políticas de esas clases) suman sus fuerzas bajo una sola
dirección sin que lo hagan bajo coerción, sino antes bien, de manera
conscientemente voluntaria.
En un partido como
el PRD el líder de más categoría debe tener presente en todas las
circunstancias esa especialísima composición política de la organización, y en
ningún momento puede proponer medidas que quiebren la unidad voluntaria y
consciente de todas las fuerzas que hay en el partido, así como tampoco puede
aconsejar que el partido se quede rezagado cuando esas fuerzas se mueven hacia
adelante; y en la República Dominicana, país en el que ha habido cambios en “la
estructura interna de la sociedad”, las fuerzas políticas reunidas en el PRD
han avanzado y están avanzando mas allá de lo que se ve (lo cuantitativo) en el
terreno de lo que no se ve (lo cualitativo).Una de las funciones del líder en
un partido como el PRD es precisamente mantener la cohesión de todas las corrientes
que lo forman, lo que lo obliga a ser el que exponga en todos los casos la
opinión más justa y la proposición más fácil de llevar a la práctica; tiene que
ser el que exprese con más precisión y claridad la concepción de estrategia
política más convincente para todos los sectores del partido y al mismo tiempo
debe ser él quien proponga los procedimientos tácticos más oportunos. Pero si
no logra hacer todo eso, entonces debe tener la capacidad necesaria para
coordinar las ideas particulares de cada sector de los que forman el partido, y
elaborar con ellas una proposición que las contenga a todas.
Es probable que en
partidos como el PRD haya a menudo, si no siempre, radicales de derecha y de
izquierda que combatan por un extremo y por el otro cualquiera posición; y esos
radicales entrarán más tarde o más temprano en conflicto con el líder; y aéste
le tocará saber muy bien, muy al dedillo, si esos radicales representan
realmente fuerzas dentro del partido o si sólo serepresentan a sí mismos;
porque si representan sectores sociales, una ruptura con ellos será, de hecho,
una ruptura con lossectores o las clases a quienes ellos representan; y este
tipo de ruptura tiene una importancia política dada; no es la simpleexpulsión
de un individuo de las filas del partido; es algo más, es un divorcio con un
sector social.
En el año 1961 y en los primeros meses del año
1962, los dirigentes perredeístas partidarios de que la lucha se mantuviera en
el terreno político y no en el social, representaban a los sectores de derechas
que había en el PRD; no eran extremistas que sólo se representaban a sí mismos.
Estos aparecieron más tarde.
¿Por qué es probable que en un partido como el
PRD haya a menudo, si no siempre, radicales de derecha y de izquierda que
combaten por un extremo y por la otra cualquier proposición?
Eso sucede a causa
de “la estructura interna” de la sociedad dominicana. El predominio de la
pequeña burguesía en nuestro país, y dentro de la pequeña burguesía el de las
capas que componen la baja pequeña burguesía, lanza hacia la vida política, con
la fuerza de una catapulta, a gentes que resultan radicalizadas por la
desesperación con que desean resolver sus problemas vitales; y esas personas lo
mismo escogen la vía de la revolución a ultranza, la revolución que debe ser
hecha aquí y ahora, no mañana, que la vía del servicio a los sectores de la
extrema derecha.
Los bajos pequeños
burgueses pobres y muy pobres, queson abundantes en la sociedad dominicana,
pasan con sumafacilidad a ser lumpen-proletarios, y como tales
lumpen-proletariosno representan social o políticamente a nadie, perocausan
impresión en mucha gente por su audacia y su agresividad;tienen condiciones de
líderes para acciones inmediatas, de manera que podrían ser, y lo son,
excelentes ejecutantes y buenos tenientes, y si caen bajo influencias de otras
organizaciones producen perturbaciones en el partido. Los que escogen la vía de
la revolución aspiran a que el partido pase a ser un partido mono clasista, del
proletariado, y dentro de los partidos del proletariado, maoísta, y dentro de
los partidos maoístas, más radical que todos los conocidos; y otros querrían
que el partido se pusiera al servicio de la oligarquía o se dedican ellos
mismos a trabajar para la oligarquía dentro de las filas del partido en
condición de voceros o propagandistas de los círculos de derechas. Hay casos en
que los dirigentes que se pasan a otras fuerzas (y esto sucede casi
exclusivamente con los que se pasan a fuerzas de derechas) no proceden de la
baja pequeña burguesía y son personas que ejercen la actividad política como una
profesión que debe proporcionarles bienestar económico. El pueblo dominicano
conoce los nombres de algunos dirigentes importantes del PRD que han tenido que
salir del partido o han sido expulsados de sus filas, unos por sus tendencias
derechistas y otros por su revolucionarismo a ultranza.
Presionado de un
lado y del otro por los que desearían que el partido se pusiera al servicio de
la oligarquía y por los que querrían lanzarlo a una guerra de guerrillas sin
perspectivas de triunfar, el liderazgo del partido tiene que actuar como el
buen boyero que debe mantener en una misma línea a dos bueyes; que no se le
adelante el uno y que no se le atrase el otro, y que los dos juntos avancen a
un paso más lento que lo que desea el buey desesperado, pero más rápido que lo
que quiere el buey cansado.
Hay casos en los
que no se puede llegar al extremo de la expulsión; casos que se conocen en la
intimidad de la alta dirección del partido, de líderes regionales o locales que
titubean desde el punto de vista ideológico y que mantienen una conducta poco
regular en sus relaciones privadas, a los cuales se les amonesta pero no se les
expulsa porque la alta dirección sabe que esos dirigentes son inestables e
inseguros en ciertos aspectos, pero sabe también que según lo han probado en
años de militancia, no llegarían nunca a la traición. Y la existencia de
dirigentes de esas condiciones forma parte de la realidad dominicana, de lo que
Plejánov llamó “la estructura interna de la sociedad”, en este caso concreto,
de nuestra sociedad.
En una organización
política del tipo del PRD están resumidas todas las tendencias ideológicas de
las clases y las capas sociales, y hasta de sectores de clases y de capas, que
luchan contra el poder de la oligarquía nacional y su dependencia del poder
extranjero; y esa naturaleza compleja del partido determina, como es natural,
la manera de actuar de los líderes de la organización. La opinión general es la
de que el líder hace el partido a su imagen y semejanza, como dicen que hizo
Dios al hombre; pero en sus actividades diarias los líderes del PRD han
aprendido que eso no es así; que el partido hace a sus líderes en la misma
medida en que estos hacen el partido y líderes y partido se hacen como una
unidad al mismo tiempo y mientras llevan a cabo la tarea de crearse a sí
mismos. Quizá esto no suceda exactamente como ha quedado dicho en el caso de
partidos monoclasistas, como son los partidos comunistas, pero aun tratándose
de partidos comunistas, no pueden escapar totalmente a lo que se ha dicho porque
no pueden existir en un vacío en el cual no operen las leyes de la
dialéctica.Para que se forme un partido político es absolutamente indispensable
que uno o más líderes hayan propuesto al pueblo líneas políticas que una parte
del pueblo, por lo menos, oiga y acepte y siga. Así pues, los líderes de un
partido resultan ser líderes o quedan convertidos en líderes en la medida en
que una parte del pueblo, una clase o una alianza de clases siguen sus
orientaciones.De lo que acaban ustedes de leer hay un buen ejemplo en la
historia más reciente de nuestro país: a raíz de la muerte de Trujillo vinimos
a la República Dominicana unos cuantos líderes del PRD, todos desconocidos de
la gran mayoría del pueblo.Al país no llegó un partido; llegaron sólo unos
pocos dirigentes políticos; y sin embargo año y medio más tarde una enorme
mayoría de dominicanos votaban por el programa que les habían propuesto esos
pocos dirigentes del PRD; escogieron y siguieron ese programa a pesar de que se
les propusieron muchos, algunos parecidos y otros opuestos al del PRD.Ese
ejemplo demuestra que todo partido político existe en la conciencia de una
parte del pueblo antes aun de que se forme, y a menudo sin que esa parte del
pueblo haya sabido que ella tenía las ideas de ese partido, pues vino a
identificarlas como suyas cuando las oyó expuestas por los líderes de ese
partido. Ese ejemplo demuestra también que un partido político tiene seguidores
activos tan pronto aparece el grupo de dirigentes o líderes que sabe proponerle
a la parte del pueblo que va a seguirlos el programa de acción o las ideas que
esa parte del pueblo está deseando oír o está esperando compartir. El líder,
pues, es aquel que expresa lo que el pueblo piensa y siente pero no puede
expresar; y si es así, no hay ni puede haber líder si no hay una parte del
pueblo que comparta lo que él piensa y siente, y en consecuencia, los
partidarios y el o los líderes son igualmente importantes en la formación de un
partido; unos no tendrían existencia social sin los otros. (Uno o más líderes
no tienen necesariamente que formarse a base de proponerle al pueblo líneas o
tesis políticas o programas de acción. Hay ocasiones en que uno o más líderes
se forman actuando; y tal fue el caso, por ejemplo, de Francisco Alberto
Caamaño, que saltó del casi anonimato al liderazgo gracias a la acción militar
que encabezó en los días de la Revolución de Abril).
La “estructura
interna” de la sociedad dominicana exige del líder condiciones especialísimas,
que con toda seguridad no tienen que reunir los líderes de los países
desarrollados. Todos los días, y a menudo varias veces al día, al líder
dominicano se le presentan problemas que en otros países no tendrían la menor
conexión con la actividad política, pero que aquí la tienen. Ya es el caso de
un enfermo que debe ser operado de urgencia y sucede que ni él ni sus
familiares tienen los medios para operarlo; ya es el de un niño que no tiene
libros con qué estudiar y hay que buscárselos; ya es el de un muerto para el
que hace falta un ataúd, o el de una mujer del pueblo cuyo hijo ha desaparecido
y solicita que se le haga aparecer de cualquier manera. Ante cada uno de esos
problemas, el líder dominicano tiene que inventar soluciones, y tiene que
inventarlas súbitamente, con la velocidad de un relámpago. Con igual rapidez
tiene que inventar soluciones de otro tipo; por ejemplo, consignas políticas,
salidas para crisis de tipo táctico. De cada cien soluciones, noventinueve
tienen que ser ofrecidas instantáneamente, sobre la marcha, porque “la
estructura interna de la sociedad” dominicana, que está determinada por un
débil desarrollo de las fuerzas productivas que deja fuera de los beneficios de
la producción a la mayoría del pueblo, no les concede a las gentes necesitadas
ni siquiera el beneficio del tiempo; no disponen de tiempo para esperar porque
el tiempo para ellas significa un vacío que sólo se llena con sufrimientos, con
hambre y con desolación. Desde luego, en un país donde el desarrollo de las
fuerzas productivas es escaso toda la superestructura social se halla
condicionada por ese hecho. Plejánov le dedica varios párrafosa ese punto de
las actividades de un dirigente político; por ejemplo, cuando dice que
“Cualquiera que sean las particularidades de un determinado individuo, éste no
puede eliminar unas determinadas relaciones económicas cuando éstas
corresponden a un determinado estado de las fuerzas productivas” O cuando dice que “hay que reconocer que la
causa determinante y más general del movimiento histórico de la humanidad es el
desarrollo de las fuerzas productivas, que son las que condicionan los cambios
sucesivos en las relaciones sociales de los hombres. Al lado de esta causa
general obran causas particulares, es decir, la situación histórica en la cual
tiene lugar el desarrollo de las fuerzas productivas de un pueblo dado y que a
su vez, y en última instancia, ha sido creada por el desarrollo de estas mismas
fuerzas en otros pueblos, es decir, por la misma causa general” El escaso desarrollo de las fuerzas productivas
de nuestro país impone límites en el quehacer político. No podemos ir más allá
del punto adonde podría llegar en este momento la sociedad dominicana si ésta
sigue sirviéndose de las fuerzas productivas actuales. Pero los líderes
políticos conscientes saben que una sociedad cualquiera vive en evolución
permanente; saben que nada es estático; saben que aun si la sociedad dominicana
no evolucionara (cosa imposible), está en evolución perpetua el mundo que nos
rodea, y esa evolución implica un cierto grado de evolución aquí. Un aumento en
el consumo del azúcar a nivel mundial significará de manera ineludible una
variación en las condiciones de la economía dominicana, y esa variación
repercutirá de una manera o de otra en la vida del país. Si se sabe eso,
naturalmente, hay que prepararse para influir en los cambios que la sola
existencia de la República Dominicana hace inevitables. Eso lo dice Plejánov
con estas palabras: “... si yo sé en qué sentido se modifican las relaciones
sociales en virtud de determinados cambios en el proceso social y económico de
la producción, sé también en qué sentido se modificará a su vez la psicología
social; por consiguiente, tengo la posibilidad de influir sobre ella. Influir
sobre la psicología social es influir sobre los acontecimientos históricos. Se
puede afirmar, por lo tanto, que, en cierto sentido, yo puedo, con todo, hacer
la historia, y no tengo necesidad de esperar hasta que la historia se
haga”. Sustitúyase en esas sentencias el
yo que usa Plejánov por la palabra líder
o por los líderes y se tendrá una idea clara de lo que he querido decir al
escribir que “hay que prepararse para influir en los cambios que la sola
existencia de la República Dominicana hace inevitable”.
Un líder es un
dirigente; tiene la responsabilidad de dirigir a una parte del pueblo, asistido
por otros líderes, y tiene la obligación, como dice F. V. Konstantinov (“La
personalidad en la Historia”, en El Materialismo Histórico, Editorial Grijalbo,
S. A. México, D. F. 1966, pp.285-90) de “comprender mejorque los otros la
situación histórica, captar el sentido de los acontecimientos, tener conciencia
de cómo van madurando las necesidades de la vida social, ver más allá que los
demás, abarcar con mayor amplitud que otros el campo de la realidad histórica”.
Es posible que no pueda satisfacer todos esos requerimientos, pero debe
satisfacer algunos de ellos; y si entre ellos está el de tener “conciencia de
cómo van madurando las necesidades de la vida social”, podrá servirle a su país
mucho mejor que los líderes que carecen de los conocimientos y la sensibilidad
indispensables para tener esa conciencia.La función del líder, en un partido y
en su país, es dirigir; pero el que dirige orienta y al mismo tiempo guía;
orienta al pueblo y guía a sus partidarios. El líder guía a sus partidarios a través
de otros líderes, que son en los hechos representantes políticos de la clase o
de las clases sociales que actúan en su partido. Si esas clases son las que
explotan al pueblo, la función del líder viene a ser la del traidor; si son las
explotadas, la función del líder es encabezar la lucha por su liberación.
jueves, 12 de julio de 2012
Danilo tendrá que batallar con los aspirantes a cargos
![]() |
Trajano Potentini. |
Danilo Medina pudiera estar tomando con mucho aplomo la responsabilidad de
ser el Presidente de la República a partir del próximo 16 de agosto, pero quizás
nunca pensó que tendría que lidiar con el encanto de sus conciudadanos por los
puestos.
Medina
no solamente tiene ante sí la renovación total del Gobierno actual para imponer
desde el principio su sello y hacer justicia con muchos de sus seguidores que
han esperado largos años abajo, sino que tiene que ofertar al país buenas y
nuevas caras.
Algunos
de los actuales ministros y administradores van camino a cumplir 12 años en sus
poltronas. La mayoría de los funcionarios de larga o menos larga data desean
“sacrificarse” nuevamente por la salud de la República, sin pensar en los
otros.
El
incontenible encanto por los puestos públicos muchas veces no se entiende.
Aunque el Gobierno es el mejor patrón, los sueldos de la administración pública,
a excepción de los que dirigen los bancos y superintendencias, son realmente
bajos.
La
gente ordinaria, dadas esas circunstancias, piensa que los que quieren empleos,
a veces cuando tienen sus curules de senadores y diputados, simplemente buscan
acumular más fortuna y distraer los fondos de los contribuyentes.
En
época del doctor Balaguer a un funcionario lo nombraron en la Lotería Nacional,
cuando esa institución era solvente y de ahí lo destinaron a la Cementera. Los
reporteros de la época comentaron que ese funcionario había sido llevado “de la
papa al puré”.
No
a los corruptos
El anuncio hecho por el vocero del presidente
electo Medina, señor Roberto Rodríguez Marchena de que los señalados por actos
de corrupción no irán al nuevo Gobierno, pudo haber sido el tipo de declaración
que el público de abajo apreciaría.
En
el mismo programa en el cual el tenido como futuro vocero del Gobierno advirtió
que los corruptos no caben, dijo que el presidente electo está siendo acosado
por los que buscan empleo, gente del PLD. A ellos se unen los de la sociedad
civil, partidos aliados y simples trepadores.
Si
más tarde o temprano se trataría de aclarar lo dicho, como se estila últimamente
de que las declaraciones de funcionarios son sacadas de contexto, la realidad es
que, fiel a la indiscreción dominicana, los propios aspirantes han puesto a
correr los rumores.
Rodríguez
Marchena pudo haberle hecho un favor al presidente electo Medina, quien ahora en
su gira por Colombia y Brasil, donde se ha visto con los jefes de Estado de esos
dos países, no estaría en una posición cómoda para hacer advertencias. En la
pasada campaña el licenciado Medina dijo que con él no trabajarían
corruptos.
Balaguer
decía en privado que sabía a qué se dirigían los funcionarios que le pedían
altas posiciones en las antiguas empresas de CORDE, en los bancos del Estado y
en otras instituciones de recaudación. Los nombraban a sabiendas de lo que
harían.
Dañaron al régimen
Los que han sido señalados por supuestos actos
de corrupción fueron una espina para el régimen del presidente Fernández a lo
largo de sus tres períodos a cumplir en agosto, dañaron su imagen y cerraron las
puertas a los militantes de la base del PLD.
Al
verse a muchos apegados a sus puestos, y el ejemplo del vicepresidente de la
CDEEE, Celso Marranzini es el mejor ejemplo, queda entre los ingenuos la
pregunta de qué buscan los funcionarios y aspirantes, excepto su “sacrificio”,
sin que preocupe lo que se dice en la calle.
La
CDEEE ha sido una fuente de conflictos para el Estado. Durante el gobierno de
los diez años del doctor Balaguer, se culpó de la crisis a su sindicato, el cual
fue desbandado. Después a los administradores. Los “sabios” de los tres partidos
no han podido resolver el problema de los apagones.
Qué
sentido tiene, se podrían preguntar los ingenuos, que alguien de la llamada
sociedad civil o del empresariado deje sus intereses particulares al descuido
para ir al Gobierno cuando se sabe que los sueldos son moderados y la sospecha
pública pendiente.
El
médico psiquiatra César Mella Mejías advirtió el domingo en el programa Sea
Usted el Jurado, que los consultorios psiquiátricos tienen que prepararse para
recibir pacientes que dejarán los puestos públicos a partir del próximo agosto,
ante la ansiedad de no ser reconfirmados.
El
médico cree que algunos de los que aspiran a las posiciones en el Gabinete y
otros despachos y que no sean favorecidos con los decretos del presidente
Medina, también sufrirán la depresión en su afán voraz de copar el
presupuesto.
Otros
añorarán las escoltas, los choferes, las placas y pasaportes oficiales, el
viajar en primera clase, el hartazgo en restaurantes y los portazos que dan a
los de abajo; al volante de sus vehículos, se perderán en las laberínticas y
sucias calles de la capital y estarán sin remedio a merced de los Amet.
miércoles, 30 de mayo de 2012
Polémico retorno de Balaguer en 1986
Los votos nulos y observados superaban la diferencia entre los candidatos
Loyda Peña (l.pena@hoy.com.do)
Joaquín
Balaguer (PRSC) gobernó 22 años;
Jacobo Majluta fue presidente por 43 días;
Juan
Bosch (PLD) ostentó el poder 7 meses
|
En 1986, el ex Presidente Joaquín Balaguer regresó al poder en unos
comicios sobre los que todavía se discute.
Luego de ocho años fuera del poder que ostentó durante tres períodos
consecutivos y cuando nadie lo esperaba,
el doctor Joaquín Balaguer, ciego y con casi 80 años de edad, surgió
como el ave Fénix en 1986 y se abrazó
nuevamente a la presidencia de la República para su cuarto mandato
gubernamental, en unas elecciones que 25 años después todavía muchos
dominicanos no saben a ciencia cierta quién las ganó.
El autoritarismo, la represión política, la austeridad y otros elementos
que caracterizaron “los 12 anos”, fueron la punta del “iceberg” para Balaguer
cuando en 1978 intentó buscar una nueva reelección en unos comicios que
ganó Antonio Guzman Fernández, del
Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y
también en las del 1982, donde
fue electo presidente Salvador Jorge Blanco, de la misma organización política.
Para las elecciones de 1986, el
Gobierno de Jorge Blanco, quien en 1982
encontró el país en una crítica situación económica, finalizando su período entró en decadencia tras
firmar con el Fondo Monetario
Internacional (FMI) e implementar una política de austeridad que generó más
descontento en la población, ya
frustrada por el incumplimiento de las promesas de mejoría que le habían
hecho los dos gobiernos del PRD.
Esa inconformidad llegó a su “clímax” en abril del 1984, y se puso de
manifiesto con una “poblada” donde hubo decenas de muertos, aun sin
cuantificar.
Con ese fardo a cuestas, más las denuncias de corrupción gubernamental; su
enfrentamiento Gobierno-Congreso, donde era mayoría, y envuelto en la peor crisis interna, llegó el PRD a los
comicios del 16 de mayo del 1986.
El “Concordazo”. Fue el comienzo de la premonición de José Francisco Peña Gómez cuando pronunció
aquella famosa frase de que “Sólo el PRD
vence al PRD”.
La Convención del 24 de noviembre de 1985
para elegir la candidatura presidencial que se disputaban Majluta y Peña Gómez,
quienes a lo interno del PRD
formaron los grupos de apoyo “La Estructura” y el “Bloque Institucional”, adicional a la tendencia “Jorgeblanquista” que objetaba a Majluta en retaliación por la
oposición que desde la presidencia del Senado le hizo al Gobierno, terminó como
“la fiesta de los monos”.
En medio del conteo de los votos, un centro
instalado por el PRD en el Hotel Dominican Concorde de esta Capital, se
armó una trifulca que obligó a suspender el
cómputo y en la que resultó una persona muerta y varias heridas. A
ese incidente se le llamó “El Concordazo”.
Fue después de un mes que Jorge Blanco, Pena Gómez y Majluta firmaron el
“Pacto la Unión”, en el que se reconoció la victoria de Majluta, a Peña Gómez se le ofreció la
candidatura vicepresidencial y la
rechazó para asumir la dirección del PRD, con Hatuey Decamps como secretario
general.
Campaña feroz y denigrante. Completadas las candidaturas de los tres partidos mayoritarios, por el
PRD, Majluta- Nicolás Vargas; PRSC, Balaguer-Carlos Morales Troncoso, y PLD,
Bosch-José Joaquín Bido Medina, se
inicio una de las campanas electorales más agresivas, denigrantes y represivas de los últimos 30 anos.
“!Cuiden la cartera que Jacobo se la
lleva!”; “!Juan Bosch ni mató ni robó porque el tiempo no le dio!”; y “!
Balaguer ta ciego y Juan Bó ta loco” ,
eran parte de las consignas que se vociferaban durante la campana.
Todo eso mantenía caldeado el
ambiente electoral, por lo que fue
necesario ordenar el retiro de alguna
publicidad televisiva; hubo amenazas de
muerte contra periodistas y productores de televisión, y se suspendieron los programas “Cuarto
Poder”, de Miguel A. Hernández, y “Hablemos Claro”, del diputado perredeista
Miguel Ángel Velázquez Mainardi.
Desarme de militancia. Los constantes enfrentamientos entre manifestantes, principalmente perredeístas y
reformistas, en marchas, caravanas y bandereos, hicieron que la Junta Central
Electoral (JCE), presidida por Caonabo Fernández Naranjo, dipusiera el desarme de la militancia de ambos
partidos. Balaguer protestó la medida diciendo que sólo se estaba desarmando a
los reformistas, con lo cual advirtió, el Gobierno estaba creando “una situación explosiva” que podría
llevar al país a la frustración del proceso democrático. El 3 de mayo las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional
emitieron un comunicado advirtiendo a
quienes traten de vulnerar el orden legalmente establecido, y más tarde allanaron la residencia del ex
general Luis Ney Tejada Álvarez, presidente del PNVC, donde incautaron un
arsenal de pertrechos militares, según una crónica de la Revista 1Ahora!
Asi las cosas, Jorge Blanco,
Balaguer y Majluta firmaron un pacto para evitar la violencia
entre sus correligionarios. Bosch no lo hizo alegando que el PLD no era
culpable de esas agresiones, y acusó al
PRD y al PRSC de orquestar un fraude electoral.
Consignas y promesas. Mientras todo
eso ocurría, Maljuta, Balaguer y Bosch recorrían el país haciendo promesas.
“Con Jacobo ganamos todos”. Así se promovía el candidato del PRD, acusado por
opositores de corrupto. Prometía enfocar su gobierno en el fortalecimiento de las instituciones
democráticas, y reformar el sistema tributario simplificando los impuestos,
entre otras cosas.
“Balaguer prometió y dio”, era la consigna de los reformistas, a quienes
sus opositores le enrostraban los crímenes cometidos durante los 12 anos.
Balaguer prometía hacer un gobierno de conciliación nacional y garantizar y respetar los puestos de los empleados
públicos.
“Juan Bosch, un presidente que ni
mató ni robó” era el slogan de los peledeistas, en alusión a Majluta y Balaguer. Bosch
prometía gobernar con el sector privado, no afectar los intereses
norteamericanos en el país, y bajar los precios de los combustibles.
Las encuestas. El 2 de mayo la
Gallup, sucursal de España, publicó en un diario nacional un muestreo donde
Balaguer figuraba con el 39.27% de las
preferencias. Otro dado a conocer en la misma fecha por la firma Penn and
Shoen, de Nueva York, daba a Majluta un
40%; a Balaguer 32%, y a Bosch un 18%.
El 14 de mayo, dos días antes de las elecciones, se publicaron dos
encuestas: una de la Gallup Internacional, en la que de 1,013 electores
consultados, el 40.10% favorecía al PRSC; 29.05% al PRD; 26.40% al PLD; y la otra realizada por la firma Servicios
Técnicos Asociados, que de una muestra de 3,000 electores, le daba a Majluta
40.2%,; Balaguer 26.1%; y a
Bosch 18.1%; según datos de la
obra “Historia de las Elecciones en la República
Dominicana”, de Sandino Grullón.
Día de las elecciones. El 16 de
mayo fue viernes. La JCE abrió 6,024
colegios electorales a nivel nacional para un total de 3 millones 039 mil 347 ciudadanos inscritos
en el padrón. Los partidos concurrentes fueron
PRD, PRSC, PLD, Demócrata
Nacional (PDN), Comunista Dominicano
(PCD), Nacional de Veteranos y Civiles (PNVC), Popular Cristiano (PPC), Fuerza
Nacional Progresista (FNP), Quisqueyano Demócrata (PQDC), Unidad Democrática
(UD); , Movimiento de Conciliación Nacional (MCN), Partido de
Acción Cristiana (PAC), Bloque Institucional (BIS) y La Estructura. Los
últimos fueron aliados a los 3 primeros.
Cómputos y objeciones a JCE generan crisis electoral
Debido al descrédito en que había
caído la JCE en procesos anteriores, Balaguer solicitó a Jorge Blanco nombrar
una comisión que supervisara los
comicios. El 12 de mayo se creó la
Comisión de Asesores Electorales, presidida por los monseñores Nicolás de Jesús
López Rodríguez y Agripino Nuñez Collado; José Miguel Bonetti, Rafael Herrera,
Alejandro Grullón, Nicolás Pichardo, Luis
Taveras, Rafael Calventi, y Frank Moya Pons, como secretario.
Cómputo electoral
En la madrugada del 17 la JCE emitió su primer boletín con unos 278,000 votos de 833 mesas
electorales que daban una ventaja a
Majluta de apenas 45 votos. En el
boletín 22, con 5,420 (89.5%) mesas computadas,
25,901 votos nulos y 75,851 observados,
el PRSC y sus aliados acumulaban
781,902 votos, y el PRD y aliados 747,924, para una diferencia de 33,978 sufragios a favor del PRSC. Los votos
del PLD totalizaban 345,745 ; FNP 5,882; PDN, 1,078, y el PCD
4,000, y el conteo se hizo lento. En
esas circunstancias, el PRSC se declaró ganador.
Majluta y el PRD protestaron y pidieron a las Juntas Electorales asegurar
los votos nulos y observados que en total sumaban 101,752, y que según él, decidirían el ganador de los
comicios. Argumentando que fueron engañados, recusaron al presidente de la
JCE y al suplente Rubén Suro; ambos fueron sustituidos por sus respectivos
Suplentes, Ponciano Rondón Sánchez y
Generoso Fernández Molina.
Diversos sectores demandaban respeto a la voluntad popular; en las calles
se reforzó la vigilancia militar , y en
medio de la crisis Majluta se reunió con
Balaguer y acordaron designar nuevos miembros en la JCE.
Se convocó al Senado de urgencia y no decidieron nada; la Comisión Asesores amenazó con no volver a la JCE hasta que no quitaran a Rondón Sánchez, a quien se le prohibió utilizar la cadena de
transmisión “La Voz de la Junta”, le
pidió la intervención del presidente Jorge Blanco, y los recusados fueron
reintegrados.
El conteo reinició y el boletín 26,
faltando 77 mesas, dio una ventaja a Balaguer de 43,226 votos.
Habían 28,545 observados y
84,210 nulos, según el boletín.
Majluta cede
“Si no hay una solución ante el problema de la JCE que permita que se
establezca la verdad en cuanto a la voluntad popular… estoy dispuesto a
declarar al doctor Balaguer ganador de las elecciones, porque no voy a permitir
que se pierda la institucionalidad de la nación”, declaró Majluta antes de ir donde Balaguer y reconocer el triunfo del
PRSC.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Mis reflexiones del actual proceso electoral
El que crea que ha sido testigo de un proceso
digno de elecciones libres, que le vaya bonito
En estos precisos momentos que está viviendo
la República Dominicana, nos cuadra perfectamente el criterio externado por
Publio Terencio: “Hombre soy; nada humano me es ajeno”.
Ciertamente, de madrugada, en el día, en la
tarde o en la noche, en cualquier rincón del territorio nacional se escucha una
consigna de contenido político, promoviendo la venta como una mercancía
cualquiera de las gracias y supuestas virtudes de un candidato, o se destaca la
necesidad de depositar el voto en las urnas el próximo 20 de mayo para salvar
la democracia.
Pero no es solamente aquí. En todos los países
atrasados y dependientes como el nuestro, los espacios electorales sirven para
unos vivos obtener pingües beneficios económicos, ya sea caravaneando, en los
bandereos, exhibiendo una cachucha, o juramentándose por décima vez; otros,
aprovechan el proceso para meditar, analizar y sacar conclusiones a la luz de
la realidad que está viviendo nuestro pueblo, y qué se puede hacer en el futuro
como contribución para liberar a las grandes mayorías nacionales de la
ignorancia, el atraso y la opresión en todos los órdenes.
En vista de que formamos parte de la sociedad
dominicana, nos resulta imposible mantenernos al margen de lo que a diario se
está viviendo en la presente contienda electoral, que más que una competencia
de diferentes, se ve como una lucha entre iguales o tan parecidos que parecen
ser los mismos.
Aunque podemos decir hoy, a nivel electoral,
que nuestro reino no es de este mundo, tenemos nuestras propias opiniones de lo
que está ocurriendo, y es por lo que nos hemos motivado a exponer las ideas
contenidas en este escrito.
I.- EL MEDIO SOCIAL Y SU INFLUENCIA. LA CLASE
MEDIA Y LOS VICIOS SOCIALES.
A cualquier ser humano le resulta difícil
sustraerse a la realidad resultante del ordenamiento social donde ha nacido,
vivido, desarrollado y lleva a cabo sus actividades. Cada fenómeno tiene
incidencia en la forma de actuar de los que habitan allí donde se ha producido,
y será asimilado dependiendo de clase social en particular.
En razón de que la sociedad dominicana de hoy
no es homogénea, los sectores en ella presentes se comportan de manera
diferente ante un hecho social. La clase media, aquí y en cualquier lugar del
planeta tierra, tiene una actitud totalmente distinta de reaccionar a como lo
haría un obrero. La posición clasista combinada con la ideológica, ha de servir
de guía al ser humano.
El chisme, la mentira, el engaño y la
simulación, son vicios sociales disfrutados en grande por amplio sectores de la
clase media del país la cual, sin mucho esfuerzo, acepta como verdad absoluta
lo que no es más que el fruto de una perversa maquinación elaborada con el fin
de herir, dañar y fastidiar a aquella persona contra la cual va dirigida.
Lo que en un principio se pone a circular como
un “me dijeron”, luego la misma versión se difunde como que “yo la vi”, hasta
terminar vendiendo “el me dijeron”, como un hecho conocido por todo el mundo,
cuando en verdad no es otra cosa que una fabulación, un rumor que salió del
cerebro de un malvado.
Lo que se persigue con el rumor, con la
información falsa difundida por el perverso rufián, no es más que dañar a la
persona contra la cual es dirigido, estropear su buena conducta, maltratar a su
círculo familiar, destruir su honra bien ganada, perjudicar su vida pública y
privada, en fin, lo que se busca es menoscabar el respeto y la consideración de
que se ha hecho merecedor por lo mejor de la sociedad el hombre o mujer víctima
del murmullo.
En la medida que una sociedad es más y más
atrasada, con mayor firmeza y facilidad penetra en la conciencia colectiva el
cuchichear; divulgar lo que ha de herir al ser humano de bien, es una diversión
para los mezquinos y cobardes que se sienten muy felices con su comportamiento
despreciable. El difamador, malandro e infame siempre anda en alianza impúdica
maquinando aquellas cosas feas que golpean en lo más profundo de su alma al
hombre o mujer noble.
Se mueven muy bien, se sienten como que están
en su agua, aquellos que carecen de talento, y hacen del relajo, la cherchita y
el desenfreno una forma de normal comportamiento, y para elevarse en el medio
social donde viven no cultivan otra cosa que no sea asquear como repugnantes
que son.
Los hombres y mujeres dominados por vicios
propios de una sociedad agrietada y en decadencia, como la nuestra, procuran
destacarse en aquellas coyunturas o espacios de la vida política y social del
país, sin importarles los daños que han de causar a los demás con sus acciones
deleznables. Los pelagatos, insignificantes e insidiosos disfrutan sus
diabluras, celebran sus pronunciamientos temerarios, sus barrabasadas.
II.- COMPORTAMIENTOS DIFERENTES. NADA DE
ACUSACIONES ALEGRES, SIN PRUEBAS. HAY QUE DEMOSTRAR LOS HECHOS ARTICULADOS.
Todos aquellos que nos formamos en el accionar
político tomando como base principios ideológicos e ideales de liberación,
nunca hemos creído en la politiquería, en reducir a la nada el debate, caer en
la diatriba; hemos actuado excluyendo todo aquello que pueda caer en la
vulgaridad, en la diatriba, en la invectiva, en la palabra hiriente contra el
adversario político.
El quehacer político es rico en iniciativas,
en ideas creadoras que sirven para elevar la conciencia de las masas populares,
para convencerlas de la justeza de nuestras posiciones, criterios,
planteamientos, consignas y programas. Cuando se está armado de la razón y la
verdad, no hay que recurrir al insulto, al pasquín, a la ofensa, al vilipendio
ni al agravio.
Se reduce como político aquel que tiene que
utilizar malas artes para ganar un espacio en el quehacer político nacional.
Con este convencimiento hemos actuado en la vida política del país todos
aquellos que llegamos a la política en procura de la felicidad de las grandes
mayorías nacionales, sin ningún objetivo de alcanzar, por medio de la política,
cosas materiales.
La vida nos ha enseñado que se puede llegar a
ser un luchador social, difundir sus ideas, sin tener que herir a los que se
oponen a ellas. Cuantas veces hemos expuesto criterios que son respondidos o
negados por aquellos a quienes nos referimos, o hemos denunciado hechos de
interés público que vinculan a personas o instituciones, hemos buscado la forma
de demostrar lo denunciado.
En muchos archivos de periódicos del país
reposan denuncias que en su oportunidad hicimos de acciones que ponían en
entredicho las actuaciones de algunas personas. Siempre tratamos de aclarar o
probar lo que habíamos expuesto por los medios de comunicación.
He aquí algunos ejemplos que comprueban lo
anteriormente expuesto:
Si hemos tenido a nuestro alcance datos
relacionados con acciones dolosas en organismos estatales, las hemos denunciado
con pruebas irrefutables. (1)
Cuantas veces hemos sido testigos de
violaciones a los derechos humanos, aún a costa de nuestra seguridad personal,
hemos exhibido ante la opinión pública las pruebas de los atropellos, señalando
por su nombre al autor o autores. (2)
En su oportunidad, denunciamos en forma
directa a los que en Santiago comenzaban la distribución y consumo de
estupefacientes. (3)
Las veces que han llegado a nuestras manos
documentos que prueban el robo de dinero al pueblo dominicano, y ante la
indiferencia de las autoridades contra los delincuentes, hemos procedido en
nuestro propio nombre contra los que han delinquido. (4)
Así es que se debe proceder. No se puede hacer
pública cualquier idea que se tenga con relación a un asunto sin antes haber
procedido a su comprobación, o tener en las manos los documentos o testigos que
sirven como soporte o prueba de lo que ha sido puesto en conocimiento de la
opinión pública.
Una vez hecha una denuncia con relación a un
acto negativo con el cual se vincula a una persona, de inmediato la generalidad
de los integrantes de la sociedad lo dan como verdadero, aunque no sea verdad,
y luego si resulta falsa la denuncia, como quiera la lesión queda; resulta
difícil reconstruir la buena imagen una vez ha sido dañada, aunque sea por la
acción malvada de un perverso.
El honor, la consideración y la buena
reputación e imagen son como la vida y la confianza: cuando se van no vuelven;
quien es acreedor de virtudes cívicas y ciudadanas bien ganadas, debe
defenderlas hasta la muerte, si han sido lesionadas en forma perversa.
Se debe ser sumamente cuidadoso al momento de
hacer una denuncia que puede, en una u otra forma, fastidiar a terceros de
buena fe y correcto proceder.
III.- DEBILIDADES QUE DAÑAN LA POLITICA
DECENTE
El político mediocre, el portador de la
mediocridad es el ejemplo que exhibe ante la sociedad el politiquero carente de
talento, intelecto, ingenio, capacidad y lucidez, y que se contenta, como un
loro mal amaestrado y peor adiestrado, con repetir todas las sandeces,
necedades, imbecilidades y disparates que anida en su limitado cerebro.
El politiquero estúpido, ante la dificultad o
imposibilidad de lograr que sus ideas penetren sin atropellar la conciencia de
sus conciudadanos, con tonterías, boberías y cuantas cosas insignificantes
puedan estar en su desguarnecido cerebro, se contenta con comportarse como
bufón bromista, un chistoso de mal gusto.
Una vez se domina la política por medio de un
método adecuado, utilizado para ser aplicado a la realidad social, al análisis
de los fenómenos sociales, el accionar político se enriquece y llega con más
facilidad a las masas populares el mensaje con el cual se procura la
orientación correcta.
La política desarrollada en base a la consigna
hueca, sin sentido ni contenido, crea confusión, estimula el desorden, motiva
la angustia, aniquila la iniciativa creadora del pueblo y termina no aportando
nada al avance, a la edificación de los sectores y clases sociales que se busca
edificar para su propia liberación.
El politiquero subestima la capacidad, la
inteligencia de los electores y electoras; más que políticos, lucen como
trastornados mentales aquellos que hacen labor politiquera electoral moviéndose
por esas calles de Dios acompañados de comberos que solamente saben difundir
vulgaridades, groserías, banalidades y simplezas.
Resulta un contrasentido que en la actual
coyuntura histórica, cuando el país cuenta con los intelectuales más
brillantes, los profesionales de las distintas áreas más preparados, los
hombres y mujeres con más talento, ingenio, agudeza y sagacidad, entonces
parece ser que los politiqueros se han creído que la sociedad dominicana de hoy
está integrada por tarados, por ciudadanos dominados por la imbecilidad y la
torpeza.
IV.- LA ORIENTACION POLITICA CORRECTA
La certera orientación política e ideológica
hace posible que los mejores hombres y mujeres del pueblo hagan suyo un
programa de reivindicaciones sociales y económicas; la edificación hace avanzar
el proceso democrático por caminos correctos, ciertos y con posibilidades de
éxitos, con menos sacrificios para los que en cada país son los más y requieren
de cambios firmes en la base económica y de las añejas estructuras ya
convertidas en retranca para el progreso.
El mensaje liberador le llega a los
destinatarios con más facilidad de comprensión cuando quien lo envía lo expone
con claridad, ajustado a la realidad social de la nación, sin ruido, bullicio,
estridencia, discordancia, ni el rechinamiento que en todo el curso de nuestros
procesos electorales amarga la vida a la gente de bien, para los cuales la
campaña se convierte en una verdadera pesadilla, en una locura colectiva.
Nuestro pueblo no aspira a recibir mensajes
elaborados para ser aceptados como buenos y válidos, que una vez examinados se
evidencia que son regalos ideológicos envenenados, diseñados para que sirvan
como anestesia para tranquilizar, atontar, adormecer a los que luego se
convierten en víctimas de las maquinaciones, tramas, intrigas, confabulaciones
y conjuras, obra de los mismos políticos de pacotilla que tanto daño han
causado al país con sus perversidades.
Algunos equivocados sen han formado la falsa
de que las grandes mayorías nacionales, siempre van a ser víctimas de las
maquinaciones políticas de sus enemigos, pero no es así. Todos los pueblos
pasan períodos de altas y bajas, de avances y retrocesos, para finalmente
alcanzar los objetivos positivos perseguidos.
En el caso específico del pueblo dominicano
hay un proceso trunco desde la desaparición física de Trujillo, hasta ahora,
que para romperlo se tiene que dar una batalla en la cual el verdadero pueblo
se haga, con su triunfo, dueño definitivo para siempre de su destino. No
olvidemos que en la lucha política y social, los pueblos condensan veinte (20)
años en un (1) día, lo que se traduce diciendo que el yugo que los dominicanos
y dominicanas no han roto en más de cincuenta y cinco años, pueden hacerlo
añicos en pocas horas.
La receptividad del pueblo dominicano, su
vocación democrática, su sentido de civismo, debe ser coronado con el proceder
limpio, decente y de altura de aquellos que aspiran, desde los órganos e
instituciones del Estado, a convertirse en sus fieles intérpretes.
La palabrería, el insulto y la grosería en
nada hacen sentir bien ni llenan en estos momentos las expectativas de los
dominicanos y dominicanas.
Los electores y electoras hace mucho tiempo
han demostrado estar preparados para escuchar propuestas, promesas, proyectos
electorales resultantes de programas que recojan puntos importantes de las
necesidades más imperiosas, urgentes, aquellas que imponen soluciones
inmediatas en el orden social, político e institucional.
La realidad dominicana nos enseña que hace
muchos años que las masas populares están por encima del comportamiento de la
generalidad de los que dicen y creen ser sus líderes. El conductor, el guía
político no es aquel que busca cautivar el sentir del pueblo por medio del
lenguaje soez, fuera de tono, y sin sentido ni contenido, sino el que sabe
elevarse, colocarse a la altura que demandan las circunstancias, aplicando en
cada caso y coyuntura el método de ucha adecuado, y que el pueblo, sin mayores
sacrificios puede aceptar y ejecutar, para lograr lo que persigue.
Están totalmente equivocados aquellos que se
definen como líderes políticos, y no son más que vulgares mercaderes del
accionar político. No es lo mismo incidir en la política para ganar el voto en
el proceso electoral por medio de dádivas, obsequios, agasajos, sobornos y
donaciones materiales de toda índole, que ganarse la confianza, la voluntad y
el respeto por medio de la buena conducta, la prédica certera y oportuna, por
llevar a la conciencia de los hombres y mujeres del pueblo un mensaje liberador
y confiable. El cariño y respeto sembrado con ideas, perdura; la simpatía
coyuntural que se gana con el regalo de cosas materiales, crea respaldo de
ocasión.
V.- EL PUEBLO Y LA PARTE FEA Y BONITA DE LA
POLITICA. SUS ALTERNATIVAS. SU DECISION.
La participación en la política tiene sus
puntos claros y oscuros, y nuestro pueblo ha sido testigo viviente de esa
verdad porque ha tenido que vivir en forma directa y cruda, durante más de
cincuenta años, la parte fea de la política, aquella que pone en práctica
quienes subestiman a lo mejor del país ejecutando politiquería de orilla, de
baja estofa, propia de cafres, de truhanes de todos los calibres, que han
recurrido a la truculencia, actuando como verdaderos tremebundos.
El pueblo también ha vivido el lado bonito del
accionar político, motivado por el dirigente serio que hace sentir bien al
pueblo con el mensaje transmitido y recibido con agrado, con alegría y que
genera convicciones de honradez, honestidad, lealtad y nobleza, entrega e
hidalguía. Esto es lo que los hombres y mujeres de bien del país buscan y
quieren sentir de la política; lo lindo, lo agraciado, en si, la parte humana
de aquel que se inserta en la lucha social para bien, no para hacer el mal ni
para hacer vida fácil apoyándose en la denigración de los de abajo, de los que
sufren espiritual y materialmente.
Los enemigos tradicionales del pueblo
dominicano no deben confundir la situación de hoy, caracterizada por la
negación de una vida digna a las masas, como aceptación permanente de
conformismo, resignación, docilidad, entrega y sumisión incondicional a los que
han utilizado el poder del Estado sin otra limitación que su propia voluntad.
Aquí, aunque algunos pretendan desconocerlo,
se están acumulando injusticias de toda índole que van a desembocar en una
confrontación no buscada ni querida por el pueblo, sino que lo están impulsando
a ella por las acciones políticas, económicas y sociales en su contra.
Los pueblos se interesan por alcanzar las
conquistas, resolver sus problemas cardinales por la vía pacífica, sin recurrir
a métodos violentos, pero raras veces ocurre así.
Las acciones de fuerza las generan los grupos
sociales que se convierten en retranca de los cambios, dejándoles a las masas
desposeídas dos posibilidades: aceptar tranquilamente, con resignación su
opresión, o luchar por todas las vías por su liberación.
No le queda otra alternativa a los de abajo
que sacudirse, motorizar las transformaciones que la sociedad demanda desde
hace años y años, y que han sido postergadas sin justificación valedera alguna.
No se detienen los procesos sociales por
represión impuesta desde arriba, ni por mucha miseria que sufran las masas
desposeídas. La rueda de la historia de la humanidad la han empujado siempre
los que en cada país son los más.
VI.- A MANERA DE CONCLUSIONES
Existe diferencia entre los fenómenos sociales
y los naturales. Es posible predecir cuándo el país va a ser afectado por un
ciclón, pero es imposible saber el día que aquí va a producir un fenómeno de
naturaleza social que permita cambiar por completo toda la base económica sobre
la cual descansa el ordenamiento social vigente.
Si la política fuera una rifa, pudiéramos
saber el día preciso que el pueblo dominicano se va a liberar de tantas y
tantas injusticias, de tantos y tantos procesos electorales burlones, de tantos
y tantos politiqueros negociantes de la politiquería.
El día preciso no lo sabemos, pero de que
llegará de eso no nos cabe la menor duda, como tampoco se pone en discusión que
después de la mañana viene la tarde.
Aspiramos a que el nuevo amanecer del pueblo
dominicano llegue en forma pacífica, lo menos doloroso posible, con el menor
sacrificio.
Lamentablemente, la disyuntiva de que el
desenlace sea violento o pacífico no depende de las grandes mayorías
nacionales, sino de la inteligencia o testarudez de los que son los menos, pero
controlan el poder político, económico y social del país.
El próximo día 20 de mayo el que esté
dispuesto a votar que lo haga con mucho gusto, es su derecho; el que no quiere
hacerlo, también se le respeta su negativa. Pero que nadie se confunda, unas
son las elecciones, y otras, muy distintas, las votaciones.
El que crea que ha sido testigo de un proceso
digno de elecciones libres, que le vaya bonito. El que considere que no ha sido
motivado ni edificado por ninguno de los candidatos, que se quede como simple
testigo de la presente coyuntura electoral.
lunes, 21 de mayo de 2012
EL PODER DEL CARISMA DEL LIDER
Cuando un ser humano descubre sus dones y talentos y los desarrolla, su vida se llena de energía, entusiasmo, pasión y fe. Es por ello que se suele describir al líder carismático como un ser con un alo de energía especial. El líder lleno de propósitos claros, logra que aquellas personas perdidas en su norte, hallen una luz que desean seguir. Esa luz es el líder que muestra una ruta (Visión).
Siempre que escuchamos hablar de los grandes líderes, asociamos su vida y sus actos a muchas características individuales que les hace ser y hacer diferentes.
Siempre que escuchamos hablar de los grandes líderes, asociamos su vida y sus actos a muchas características individuales que les hace ser y hacer diferentes.
Una de las características del
líder exitoso es su carisma, pero el sentido real de la palabra carisma se ha
apartado permanentemente de la verdad que guarda el significado del concepto y
su verdadera aplicación.
La palabra carisma viene del
griego Krisma y de su análogo Kharis que significa gracia o don; en su sentido
etimológico e histórico es el conjunto de dones o talentos otorgados por la
divinidad a una persona, que deben ser ejercidos para poder influir
positivamente en el cumplimiento de un fin común que permita la evolución
personal.
A comienzos del siglo XX, el
carisma fue secularizado por el sociólogo alemán Max Weber, quien planteó que
algunas figuras excepcionales habían revolucionado la política por la fuerza de
su personalidad. El afirmaba que su carisma era un don que los apartaba de los
hombres ordinarios.
Se ha malentendido el término
carisma, al considerarlo como un halo de personalidad arrolladora de fuerza,
belleza y hasta poder.
En realidad el líder carismático
es aquel que centrado en las relaciones, ordena y utiliza comprometidamente sus
talentos, dones y recursos, en beneficio de otras personas, permitiéndoles
crecer y evolucionar.
La obligación carismática de
todos los líderes no significa entonces la manipulación, coacción física o
moral o condicionamiento para lograr un fin que sólo favorezca a un individuo
-generalmente el que está arriba-
Es seguro que los grandes líderes
han tenido una capacidad de oratoria capaz de mover mentes y corazones hacia el
compromiso, sin embargo, es esta tan solo una cualidad (don) que el individuo
ha recibido y que está poniendo al servicio de otros.
El carisma -escribe el
antropólogo de Harvard, Charles Lindholm- es un lazo emocional inexplicable y
compulsivo. Aun cuando se piensa que el carisma es intrínseco al individuo,
sólo puede revelarse en la interacción con los demás. El carisma, afirma
Lindholm, es sobre todo una relación o fusión entre el ser interior del líder y
el seguidor.
¿Y al final para que sirve el
carisma?
Cuando un ser humano descubre sus
dones y talentos y los desarrolla, su vida se llena de energía, entusiasmo,
pasión y fe. Es por ello que se suele describir al líder carismático como un
ser con un alo de energía especial. El líder lleno de propósitos claros, logra
que aquellas personas perdidas en su norte, hallen una luz que desean seguir.
Esa luz es el líder que muestra una ruta (Visión).
Ese magnetismo personal que el
líder posee, se manifiesta de diferentes maneras y en diversos individuos, pero
se revela especialmente en los momentos en que otros son incapaces de actuar.
El líder carismático se llena de energía y es quien actúa primero. El carisma o
magnetismo personal no es algo que aparezca de la noche a la mañana o que no
tenga nada que ver con el carácter, la posición o la experiencia. Si el líder
espera realmente ser bueno, no es suficiente con poseer dones o habilidades
especiales, si no los sabe usar. El conocimiento es fundamental para que el
líder demuestre su capacidad de apoyar y despertar la credibilidad.
El líder no es sólo una persona
que puede atraer e influir en otros; es aquel capaz de demostrar cómo se hacen
las cosas. Esto llena de inmensa confianza a sus seguidores y de fuerza
inspiradora al líder.
El carisma entonces está asociado
enteramente con lo que llamamos el poder personal. Este es el estilo de poder
que el líder real ejerce, mientras que el típico jefe aplica su poder por
posición o poder asignado.
El líder carismático
(desarrollando sus dones a favor de los demás) cuando mezcla su poder personal
con su poder asignado o por posición, logra ejercer una poderosa influencia en
los demás, llevándoles a los más fértiles terrenos del compromiso.
William Ramos Pardo
William Ramos Pardo
jueves, 17 de mayo de 2012
OBSERVADORES SE REUNIRÁN CON CANDIDATOS
JCE reitera cédulas entre 2000 y 2012 siguen vigentes
La Junta Central Electoral (JCE) afirmó ayer que todas las
cédulas de identidad y electoral que tienen fecha de vencimiento durante los
años de 2000 al 2012 están vigentes, por lo que los ciudadanos que tengan el
documento “vencido” podrán ejercer el voto sin ninguna restricción ni
inconveniente.
ELECCIONES. CIUDADANOS CON EL DOCUMENTO DE ESA FECHA PODRÁN
VOTAR
La reiteración fue hecha por Félix Reyna, director de
comunicaciones de la JCE, quien dijo que esa cédula también tiene vigencia para
realizar todas las actividades normales, ejercer todos los consecuencia,
quienes tienen este documento con fecha de vencimiento en los años 2002, 2003,
2004, y así sucesivamente, hasta el 2012, no tienen la necesidad de sacar un nuevo
plástico”, dijo.
De igual modo, Reyna aclaró que en la actualidad no se está
expidiendo una nueva cédula y que solo se están otorgando duplicados.
En otro orden, el director de comunicaciones de la JCE
precisó que el organismo ha tomado las medidas necesarias para enfrentar
cualquier interrupción en el servicio energético, para lo cual cuenta con seis
sistemas de electricidad internos, como inversores y plantas eléctricas.
Medidas seguridad
Como parte de las medidas de seguridad que implementa la JCE
para propiciar que no haya ningún tipo de interrupción durante el proceso de
transmisión de los resultados de las elecciones, el organismo comicial dispuso
la suspensión del Internet externo en la sede de esa institución.
La disposición fue comprobada ayer por reporteros que cubren
la fuente en visitas realizadas a varias de las oficinas de la JCE, en algunas
de las cuales se comunicó que es una medida que se toma en cada proceso
electoral y que en algunas ocasiones se hacía hasta un mes antes de las elecciones.
La comunicación entre las oficinas de la JCE en lo que resta
de las elecciones será a través de un sistema de intranet que solo funciona a
lo interno de la institución.
“Desde ayer en la tarde no tenemos Internet, pero eso se
hace en cada una de las elecciones, y ha ocurrido que en ocasiones la
desconexión se ha hecho hasta un mes antes de las elecciones”, dijo a Listín
Diario uno de los funcionarios de la JCE.
La medida de eliminar el Internet exterior en la sede de la
JCE hasta que concluyan las elecciones fue dispuesta desde el martes a las seis
de la tarde, según las explicaciones de los propios empleados.
(+)
ENCUENTRO EL DÍA ANTES DE LAS ELECCIONES
LOS OBSERVADORES REUNIRÁN CANDIDATOS
Los candidatos presidenciales se reunirán el próximo sábado
con los observadores internacionales que se encuentran en el país, a horas
diferentes de la mañana en el Hotel Hilton. Los encuentros serán de manera
individual cada media hora y se inician a las 9:00 AM de ese día, hora en que
el candidato presidencial del PRD, Hipólito Mejía, sostendrá el primer
encuentro con las delegaciones de observadores internacionales, entre los que
estará Tabaré Vázquez, jefe de la misión de la OEA. De 9:30 a 10:00 AM, le
tocará a Danilo Medina, candidato del PLD, mientras que de 10:00 a 10:30 AM
será con Max Puig, candidato del Partido Alianza por la Democracia (APD).
Luego habrá un receso de unos 15 minutos, pero a las 10:45
seguirán los encuentros con el candidato presidencial del Frente Amplio, Julián
Serulle; de 11:15 a 11:45 le toca a Eduardo Estrella, candidato del Partido
Dominicanos por el Cambio, y de 11:45 a 12:15 del día se reunirá con Guillermo
Moreno, candidato del partido Alianza País. Para este jueves está programado un
coctel de recibimiento por parte de la Junta Central Electoral en el Club de
Sans Souci.
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