jueves, 12 de julio de 2012

Danilo tendrá que batallar con los aspirantes a cargos


Trajano Potentini.
Danilo Medina pudiera estar tomando con mucho aplomo la responsabilidad de ser el Presidente de la República a partir del próximo 16 de agosto, pero quizás nunca pensó que tendría que lidiar con el encanto de sus conciudadanos por los puestos.
Medina no solamente tiene ante sí la renovación total del Gobierno actual para imponer desde el principio su sello y hacer justicia con muchos de sus seguidores que han esperado largos años abajo, sino que tiene que ofertar al país buenas y nuevas caras.
Algunos de los actuales ministros y administradores van camino a cumplir 12 años en sus poltronas. La mayoría de los funcionarios de larga o menos larga data desean “sacrificarse” nuevamente por la salud de la República, sin pensar en los otros.
El incontenible encanto por los puestos públicos muchas veces no se entiende. Aunque el Gobierno es el mejor patrón, los sueldos de la administración pública, a excepción de los que dirigen los bancos y superintendencias, son realmente bajos.
La gente ordinaria, dadas esas circunstancias, piensa que los que quieren empleos, a veces cuando tienen sus curules de senadores y diputados, simplemente buscan acumular más fortuna y distraer los fondos de los contribuyentes.
En época del doctor Balaguer a un funcionario lo nombraron en la Lotería Nacional, cuando esa institución era solvente y de ahí lo destinaron a la Cementera. Los reporteros de la época comentaron que ese funcionario había sido llevado “de la papa al puré”.
No a los corruptos
El anuncio hecho por el vocero del presidente electo Medina, señor Roberto Rodríguez Marchena de que los señalados por actos de corrupción no irán al nuevo Gobierno, pudo haber sido el tipo de declaración que el público de abajo apreciaría.

En el mismo programa en el cual el tenido como futuro vocero del Gobierno advirtió que los corruptos no caben, dijo que el presidente electo está siendo acosado por los que buscan empleo, gente del PLD. A ellos se unen los de la sociedad civil, partidos aliados y simples trepadores.
Si más tarde o temprano se trataría de aclarar lo dicho, como se estila últimamente de que las declaraciones de funcionarios son sacadas de contexto, la realidad es que, fiel a la indiscreción dominicana, los propios aspirantes han puesto a correr los rumores.
Rodríguez Marchena pudo haberle hecho un favor al presidente electo Medina, quien ahora en su gira por Colombia y Brasil, donde se ha visto con los jefes de Estado de esos dos países, no estaría en una posición cómoda para hacer advertencias. En la pasada campaña el licenciado Medina dijo que con él no trabajarían corruptos.
Balaguer decía en privado que sabía a qué se dirigían los funcionarios que le pedían altas posiciones en las antiguas empresas de CORDE, en los bancos del Estado y en otras instituciones de recaudación. Los nombraban a sabiendas de lo que harían.
Dañaron al régimen
Los que han sido señalados por supuestos actos de corrupción fueron una espina para el régimen del presidente Fernández a lo largo de sus tres períodos a cumplir en agosto, dañaron su imagen y cerraron las puertas a los militantes de la base del PLD.

Al verse a muchos apegados a sus puestos, y el ejemplo del vicepresidente de la CDEEE, Celso Marranzini es el mejor ejemplo, queda entre los ingenuos la pregunta de qué buscan los funcionarios y aspirantes, excepto su “sacrificio”, sin que preocupe lo que se dice en la calle.
La CDEEE ha sido una fuente de conflictos para el Estado. Durante el gobierno de los diez años del doctor Balaguer, se culpó de la crisis a su sindicato, el cual fue desbandado. Después a los administradores. Los “sabios” de los tres partidos no han podido resolver el problema de los apagones.
Qué sentido tiene, se podrían preguntar los ingenuos, que alguien de la llamada sociedad civil o del empresariado deje sus intereses particulares al descuido para ir al Gobierno cuando se sabe que los sueldos son moderados y la sospecha pública pendiente.
El médico psiquiatra César Mella Mejías advirtió el domingo en el programa Sea Usted el Jurado, que los consultorios psiquiátricos tienen que prepararse para recibir pacientes que dejarán los puestos públicos a partir del próximo agosto, ante la ansiedad de no ser reconfirmados.
El médico cree que algunos de los que aspiran a las posiciones en el Gabinete y otros despachos y que no sean favorecidos con los decretos del presidente Medina, también sufrirán la depresión en su afán voraz de copar el presupuesto.
Otros añorarán las escoltas, los choferes, las placas y pasaportes oficiales, el viajar en primera clase, el hartazgo en restaurantes y los portazos que dan a los de abajo; al volante de sus vehículos, se perderán en las laberínticas y sucias calles de la capital y estarán sin remedio a merced de los Amet.